Por formación de la Pontificia Universidad Católica del Perú, mi visión es en principio anti-divorcio. Al principio de mi carrera me pidieron que hiciera varios divorcios y siempre los rechacé. No fue hasta que un amigo me preguntó si lo podría divorciar, que me puse a pensar al respecto. Al principio, le dije a mi amigo que le buscaría alguna recomendación. Pero cuando fracasé en ubicar algún colega que comprendiera lo difícil que es enfrentar un Divorcio y que en el caso específico de mi amigo, se preocupara por el bienestar de los menores involucrados, fue que tomé la decisión y le dije a mi amigo, “no te preocupes, yo te divorcio“. Es así que empecé a facilitar el Divorcio cuando es la última opción e intento imprimirle una visión humanitaria a este proceso que es duro para cualquiera que lo enfrente.